Hace unas semanas el director Ramiro Perdomo regresó de una gira por España, en donde se presentó la obra Mi muñequita (que co-dirigió junto a Gabriel Calderón) en el Festival Internacional de Girona y el Festival Iberoamericano de Cádiz. Actualmente otra de sus puestas, Harold y Bety de Albertoni y Perrotta, se está presentando por el interior del país.
Su último estreno en el Teatro Circular, Más vale solo, obtuvo una nominación a los premios Florencio en la categoría de actor de reparto para Moré. La puesta continuará en cartel hasta el domingo 14 de diciembre, y luego será repuesta en marzo con horarios a confirmar. Conversamos sobre su trabajo en esta obra y acerca de sus futuros proyectos.
¿Cómo fue tu relación con el texto en el camino de la puesta en escena?
Podría decir que establecimos una relación lúdica y libre con el texto, de un ida y vuelta abierto a constantes cambios. En general, cada vez que llevo un texto a la escena, intento sacarle el máximo jugo a las posibilidades de juego que éste encierra, y a la vez, tener la libertad de modificar aquellas zonas en las que muestra debilidad o que podrían potenciarse aún más. En el caso de “Más vale solo”, esta dinámica fue llevada al extremo. El texto original tenía varias virtudes que todos reconocíamos: una sólida estructura dramática, personajes bien definidos, relaciones establecidas claramente, un humor por momentos descacharrante, un ritmo sostenido, etc. Pero también tenía algunas debilidades: parlamentos innecesarios, repetición excesiva de algunos datos, situaciones demasiado tontas y situaciones que podían ser mucho más explotadas. Su autor, Gabriel Calderón, era el primero en reconocerlo, y por tanto, antes mismo de presentar la propuesta al Circular, ya sabíamos que habría que reelaborarlo. Y en esa tarea nos embarcamos todos: autor, director, actores, pero ese trabajo no se hizo en el encierro y la quietud de un escritorio, todas las modificaciones se fueron incorporando paralelamente al proceso de puesta en escena del texto y del trabajo actoral.
El texto fue modificado desde la acción escénica, tomando en cuenta las propuestas de todos los involucrados, fueran estas intuitivas o intelectuales. La mirada y el seguimiento de Gabriel hizo que no se diluyera su sólida estructura dramática. Y todo eso nos garantizó que el texto que finalmente fue representado, tenga una íntima relación con las caracterizaciones de los actores, con la puesta en escena, con la propuesta estética.
Toda la construcción de la puesta en escena mantuvo permanentemente una comunicación de ida y vuelta con la reelaboración del texto. “Más vale solo” te puede gustar o no, te puede parecer una estupidez o un divertido espectáculo, pero es difícil no reconocerle su unidad, su coherencia artística.
¿Qué elementos priorizaste en el trabajo con los actores?
Como director, siempre trabajo mucho con los actores. Es una de las facetas que más disfruto. Por eso trato de no dejar nada fuera de todo lo que implica “actuar”. Y por eso primero que nada permito que vuelquen todo su material en los ensayos. Los considero artistas creadores y no meros intérpretes. Obviamente que uno llega también con ideas previas, intuitivas o construidas, sobre lo que quiere hacer, pero siempre trato de permitir que se dé esa lucha sana y productiva entre las propuestas de todos.
En el caso de “Más vale solo” este juego lo viví con mucho placer, gracias a un elenco buenísimo que se comprometió a fondo con la tarea. Y partiendo de esa base, por supuesto que paulatinamente tuvimos que ir haciendo hincapié en determinados aspectos particulares que conciernen al trabajo con el actor. En primer lugar un concienzudo trabajo de caracterización de los personajes, elemento fundamental para que el espectáculo no cayera en un naturalismo borroso y tuviera toques de grotesco y absurdo. Desde un principio quise llevar la obra a una atmósfera de cierta supra-realidad, y la caracterización caricaturizada de los personajes fue un elemento fundamental en ese camino.
De la mano de este trabajo por supuesto que va la construcción vocal y gestual del personaje. Me interesa que ningún sonido sea emitido en vano y que ningún gesto sea borroso o insignificante. Esto no quiere decir que ahogue a los actores, pero sí los presiono a buscar más allá de lo primero que alcanzan. El otro aspecto en el que hicimos fuerte hincapié fue en el movimiento escénico. Me obsesiona que el movimiento en el espacio sea siempre armónico, que encierre cierta geometría y esconda o potencie significados. No un movimiento arbitrario, sino en íntima relación con el texto, la situación narrada, el sentir de un personaje. Todo este juego de movimiento y posiciones escénicas precisas y definidas, colabora en la construcción de un espectáculo que se muestra desde el primer momento como una ficción, como un objeto artístico construido para ser disfrutado.
Como si esto fuera poco los actores tuvieron que hacer un gran esfuerzo por encontrar el ritmo de cada escena en particular, y de la obra en general, elemento fundamental en la comedia. Y doble esfuerzo por la necesidad de imprimirle cierta dosis de vértigo que lograra hacer más efectivo el humor. Actores en definitiva, que tuvieron que poner todas sus herramientas técnicas y creativas para estar en sintonía con el código y la estética propuestos desde la dirección. No sé si lo logramos, creo que sí, pero lo que es seguro es que trabajamos muchísimo para intentar alcanzarlo.
En la escena se observan pocos elementos que resultan, sin embargo, ejes de la acción ¿Qué te interesó transmitir desde el manejo del espacio escénico?
El equipo técnico comenzó a reunirse y trabajar mucho antes de que comenzaran los ensayos. Mi intención era definir previamente la estética general de la obra, sobre todo, en lo que refiere a escenografía y vestuario. Por supuesto que todo fue variando a lo largo del proceso, pero determinadas ideas macro se mantuvieron ya que eran fundamentales para la puesta en escena que quería construir.
Que el vestuario tuviera una referencia directa a la realidad, pero que a la vez escapara un tanto de ella colaborando con la caricaturización de los personajes, fue esencial saberlo con anticipación para que los actores fueran jugando con sus caracterizaciones desde ese lugar. Que la escenografía no reprodujera una sala de hospital es una decisión previa necesaria para la construcción de todo el movimiento escénico. Todo el tiempo fuimos tras una idea síntesis que hiciera referencia a lo hospitalario pero que multiplicara los significados. Así se fueron definiendo esos pocos elementos que hay en escena, y que por supuesto resultan ejes de la acción porque desde el inicio del trabajo con los actores fueron tomados en cuenta.
No sabíamos cómo iba a ser la camilla, pero sí sabíamos que iba a haber una, y que yo proponía que estuviera en el centro del espacio. Después los actores propusieron sillas y fuimos definiendo su lugar en función del juego escénico. Me interesa muchísimo el juego geométrico en el espacio, que el movimiento o la posición que ocupa un actor esté milimétricamente definida y tenga un significado oculto propio, y a la vez guarde una relación armónica con el todo. Cada elemento que está en la escena es esencial para la construcción de todo el movimiento escénico, y si hay algo que no cumple con esa característica, lo saco de la escena y punto. Por todo eso es que podría decir que no hay algo específico que quise transmitir con el manejo del espacio escénico, más bien todo el juego escénico es una parte más que busca armonizarse con todas las otras que componen el espectáculo, y como tal ayuda a multiplicar significados así como a construir una unidad sólida y única.
En una entrevista afirmaste que te "interesa la modificación que trae el espectáculo a cada uno de los involucrados"(*) En ese sentido, ¿qué aprendizajes resultaron de la puesta de Más vale solo?
Cerca del estreno estábamos conversando con Pablo Notaro, el músico de la obra que ya había trabajado conmigo en “Harold y Bety”, y él me recordaba que cuando lo invité a trabajar en esta obra le había dicho que este trabajo iba a ser más sencillo que aquel, ya que la obra y el proceso que íbamos a hacer sería menos complejo. Y mientras seguía acortando un tema y alargando otro, me dice que al final aquello había sido poco menos que un engaño, porque esta obra le había dado el mismo trabajo….y sí, es así. Esa es una de las modificaciones que operó en mí la construcción de este espectáculo, una modificación de pensamiento: yo creía que cuánto más sencillo un texto, más sencilla la tarea de llevarlo a escena; pero resulta que no es así. Cuando uno pone todo su esfuerzo y toda su entrega en un proyecto, poner en escena un texto un poco más sencillo da el mismo trabajo que poner en escena uno mucho más complejo.
¿Te encuentras preparando un próximo proyecto?
Tengo varias ideas y propuestas para el próximo año, pero aún no estoy preparando nada. En este momento, “Harold y Bety” de Albertoni y Perrotta, está haciendo funciones en el interior gracias a que fue uno de los proyectos ganadores de los Fondos Concursables para la Cultura. Recién volví de una maravillosa gira que “Mi muñequita” de Calderón, hizo por España; y “Más vale solo” sigue en cartel hasta mediados de diciembre ,así que por el momento estoy disfrutando de lo ya hecho. Además ya estoy trabajando con La Mojigata y La Gran 7 para este carnaval. Después de unas merecidas vacaciones, decidiré en qué proyectos me embarco el año próximo. Seguramente, por el lado de Complot llegarán algunas novedades.
Más vale solo
Teatro Circular Sala 1
Viernes y Sábados 21:30 - Domingo 19:30 hs.
Hasta el 14 de diciembre.
(*) En entrevista realizada por Luis Vidal Giorgi para la revista de Socio Espectacular en octubre de 2008. Pág 13.
26 de noviembre de 2008
19 de noviembre de 2008
Los Aristócratas: El teatro como lugar de encuentro
El texto escrito por Yamandú Fumero Pommerenck y Rodrigo M. Moss narra la historia de un clan de aristócratas que en plena sesión de grupo descubre que ha sido envenenado. Una botella de vino adulterado será la responsable de desatar las sospechas sobre cada integrante y sus sirvientes, mientras el tiempo vital se agota. La elite se reúne en una casona, ambientada en las primeras décadas del 900, y en ese sentido el museo se transforma en el escenario perfecto de la acción.
La casta, por definición, se reúne a puertas cerradas. Por ello la puesta juega, desde su inicio, con la apertura de puertas como invitación intencional a los espectadores que ocuparan así su rol de observador privilegiado y de cómplice de las muertes que allí se sucederán. Varios ambientes son utilizados como escena. Por momentos el público rodea a los actores, pero la disposición en los espacios interiores dificulta la visión total de la escena y traiciona por tanto ese lugar del observador, entorpeciendo también la comprensión total de la historia. Por otro lado, el sinnúmero de pasajes al interior del museo otorga la movilidad necesaria de los actores y ayuda a mantener el misterio y el suspenso que la historia exige.
Los diálogos cruzados tejen las hipótesis y la intriga. Como eje de los intercambios se impone la discusión estéril. Discusión que define a estos aristócratas y trunca su accionar: al inicio no pueden ponerse de acuerdo en el orden de sus intervenciones durante la sesión, y a la larga tampoco encontrarán un acuerdo para salvar sus vidas. En la construcción de una tensión creciente (a medida que pasa el tiempo) el texto redunda en explicaciones y se torna engorroso, y exige para su consecución, un ritmo atento y sostenido de los actores que en su desempeño presentan altibajos. Destaca el trabajo de Santiago Balbuena en su caracterización del principal sospechoso y la expresividad de Maite Bigi como la sirvienta Miranda.
Todo espacio es potencialmente escénico si logra establecerse una interrelación. En la propuesta del grupo teatral Efímero Teatral Sapere Aude existe un diálogo con la ciudad. Para acceder al Museo un ómnibus conduce a los espectadores desde la explanada de la Intendencia por las calles de la Ciudad Vieja. De este modo se fomenta el valor del acontecimiento teatral como lugar de encuentro.
El grupo fue invitado para participar con esta obra del "Encuentro de Teatro del Mundo en la Patagonia 2009- Ceremonia Teatral del Hain” que se realizará en Chile en el mes de enero. Además, el viernes 5 de diciembre estarán presentando escenas de la obra en el marco del evento "Museos en la Noche 2008".
Autores: Yamandú Fumero Pommerenck y Rodrigo Montero Moss
Dirección: Yamandú Fumero Pommerenck
Elenco: Santiago Balbuena, Javier Bello, Maite Bigi Roascio, Hellen Curbelo, Emilio Gallardo, Rodrigo Montero Moss, Fernando Oliveri, Analía Torres y Alicia Vázques Gigirey.
Lugar: Sale un ómnibus de CUTCSA desde la Explanada de la IMM a las 21:15hs (puntual), y es el único modo de acceder al espectáculo.
Museo Romántico (25 de Mayo 428)
Por informes: 096 278 404 / 099 034 932.
http://aristocratasenelromantico.blogspot.com/
17 de noviembre de 2008
I Encuentro Iberoamericano de Archivos de Artes Escénicas
El Encuentro se desarrollará del 17 al 22 de noviembre. Es organizado en conjunto por Plataforma , el Centro de Investigación, Documentación y Difusión de las Artes Escénicas y el Teatro Solís (IMM). A través de diversas ponencias y mesas de trabajo se busca generar un espacio de discusión entorno a la documentación y la investigación en las artes escénicas. Se reflexionará sobre el registro y sus herramientas, el carácter efímero del acontecimiento teatral, la necesidad de documentar como forma de fomentar la investigación y la creación de una historiografía.
Paralelamente se desarrollarán conferencias y seminarios, con inscripción previa. La entrada a las ponencias en el Teatro Solís es libre y gratuita. Entre ellas se podrá escuchar: Para Conciencia de los Venideros por Mariana Percovich (Uruguay), Un objeto siempre en fuga: ¿cómo registrar la acción escénica? Roger Mirza (Uruguay), La documentación y la memoria de lo efímero José Sánchez (España), Dramaturgos y Teatristas. La comunicación posible Hugo Saccoccia (Argentina).
Del encuentro participan estudiosos e investigadores de Uruguay, Argentina, España, Brasil, Cuba y Venezuela. Para ampliar información sobre los seminarios, ponencias y conferencistas se puede visitar la web: http://www.plataforma.gub.uy/
12 de noviembre de 2008
4º Coloquio Internacional de Teatro
El viernes 14 de noviembre comienza el IV Coloquio Internacional de Teatro, organizado por el Departamento de Teoría y Metodología Literarias de la Facultad de Humanidades. Ese día, de 10 a 20 hs, los paneles se desarrollarán en la propia Facultad y el sábado 15 y el domingo 16 en el Foyer y la nueva Sala de conferencias del Teatro Solís.
9 a 16 hs
La temática que rige las presentaciones este año es El teatro iberoamericano y los años 60, pero habrán mesas y paneles sobre otros diversos aspectos del teatro. Participarán artistas, investigadores y críticos de siete países, entre ellos: Carlos Maggi, Ruben Yáñez, Roger Mirza, Mariana Percovich, Héctor Manuel Vidal, Jorge Dubatti, Sergio Blanco, Nel Diago, Hiber Conteris, Aderbal Freire Filho.
Todas las actividades son con entrada libre. Las inscripciones son hasta el jueves 13 de noviembre en la dirección: coloquio4inscripciones@gmail.com o hasta el viernes 14 en la Secretaría del Instituto de Letras (Magallanes 1577, 402 80 53) de 4 de noviembre de 2008
Más vale solo: En malas compañías
Un muñeco articulado de madera espera tumbado sobre una camilla mientras el público ingresa a la sala. Desde su condición de matera inerte representa la figura paterna de una familia, y será el articulador (y eje) de las relaciones que se disparan a partir de su enfermedad. La elección de un personaje central inanimado y, por tanto, ausente, plantea el tono irónico de un texto y una puesta que provocan tanto la compasión como la risa. Más vale solo es el primer texto escrito por el dramaturgo Gabriel Calderón. Fue estrenado en octubre de 2001 en Teatro Joven donde resultó ganador de uno de los tres primeros premios y obtuvo una mención a mejor dramaturgia.
El director Ramiro Perdomo trabaja sobre cada personaje para convertirlo en caricatura de sí mismo, desde la elección de su vestuario, el empleo del lenguaje y sus movimientos gestuales y corporales. En cada situación los contrapone a esa figura neutra y silenciosa sobre la que recaen las confesiones y las recriminaciones del resto de la familia. Una madre/suegra manipuladora e hipócrita, un hijo frustrado laboralmente, otro emocionalmente, una nuera que teje un triángulo amoroso, una hija distante que porta un secreto: Perdomo consigue crear en su lineamiento actoral los estereotipos de esta familia disfuncional, que en su accionar resultan perfectos representantes paródicos.
El director entiende la escena como un espacio total donde ningún detalle es independiente del resto. En el centro del escenario coloca una camilla de hospital, sólo atravesada perpendicularmente por dos sillas que se dan la espalda. Así , con pocos elementos, traza la dinámica de las relaciones familiares definidas por la incomunicación y la incomprensión, responsables del conflicto actual que los fuerza al reencuentro.
Un padre afectado por un ataque cardíaco es de quien se habla y a la vez no se habla. Por momentos su salud pasa a un segundo plano, dada la doble indiferencia de quienes lo rodean y de quienes lo asisten. Mientras la familia discute, inmersa en situaciones irrisorias, el cuerpo aparece tanto como desaparece, sin ser notado. También en los momentos en los que se encuentra solo, en manos de una enfermera, el ambiente se vuelve sombrío y onírico, mediante el uso de luces azules directas sobre el enfermo Allí el personaje adquiere cabalmente su condición de muñeco, de objeto manipulable. Desde ese centro inexpresivo los personajes entran y salen recorriendo senderos marcados que se cruzan pero nunca logran establecer el punto de encuentro. Los diálogos se entretejen manteniendo su dinámica a lo largo de la puesta, en la que subyace el espíritu del dicho que da nombre a la obra: “más vale solo, que mal acompañado”
Ramiro Perdomo vuelve a dirigir un texto de autor nacional (Mi Muñequita, La Redención, Harold y Bety), y vuelve a trabajar junto a Calderón, a partir de un texto iniciático, puro. Desde un lugar donde se siente cómodo logra crear una puesta fresca y dinámica, que sostiene su humor irónico hasta el desenlace.
Texto: Gabriel Calderón
Dirección: Ramiro Perdomo
Asistente de dirección: Dahiana Méndez
Elenco: Alma Claudio, Gustavo Bianchi, Moré, Paola Venditto, Victoria Césperes, Silvana Magrini.
Teatro Circular. Sala 1: Viernes y sábados 21:30, domingos 19:30
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