3 de octubre de 2007

Familia: Compañía consumible

El director Eduardo Cervieri adaptó para esta obra  el guión de la película del mismo nombre del cineasta Fernando León de Aranoa (Princesas, Los lunes al sol) Como puesta en escena interesa, por sobretodo, ver teatro dentro del teatro: una exploración de metalenguaje.
Al inicio varios personajes ingresan inconexos y hablan sobre detalles de su vida familiar (o no). Juntos, en lo próximo, conformarán la unidad social básica: la familia, centro de encuentros y desencuentros. Pronto se detecta -en la forma en que se comunican los personajes- que hay algo extraño. Es que la ficción que vemos y aceptamos de antemano es una ficción sobreentendida también en el universo de los propios personajes. Actores en la piel de actores que deben actuar de familia de un adinerado contratista. Bajo esa premisa las situaciones de humor afloran dentro de los parámetros forzados de unión fraternal. El espectador es cómplice del doble montaje teatral.
El texto explora la penosa soledad de un personaje cuya segura salvación es el consumo. Familia aborda con humor paródico los excesos de la era consumible, donde todo puede comprarse, incluso el cariño de una familia. El programa reproduce una feliz fotografía del grupo familiar en escena como paradoja de lo representado: todo lo que se consume se agota, es descartable. Una forma de aferrarse a esa pérdida es la fotografía como icono de lo permanente. La familia que se une en el marco de una foto, sonríe, ficciona, permanece.
Si bien el guión, en ocasiones, apela a facilismos para hacer reír, situaciones de “la vida misma” que siempre funcionan (como la mayoría de las historias filmadas por León de Aranoa), Cervieri encuentra en el texto el interés de representar esta idea en el teatro, que al ser autorreferencial vuelca su mirada sobre sí mismo. En este sentido reflexiona sobre el juego del doble rol: el actor que es personaje e individuo. En la vida social se asumen roles en respuesta a las circunstancias, en la familia cada uno ocupa un lugar asignado. Cervieri toma esa premisa y resalta en su puesta las confusiones y los conflictos internos de los personajes que buscan ser y actuar en consecuencia a ello.
Texto: Fernando León de Aranoa
Director: Eduardo Cervieri
Teatro: El Circular. En cartel hasta setiembre.

No hay comentarios: